
Taxco Prehispánico
El significado de la palabra Taxco proviene del vocabulario náhuatl Tlachco, compuesto por dos elementos: tlach, que significa “juego de pelota” y el locativo co, “en” o “lugar”, lo que en conjunto se traduce como “lugar donde se juega pelota”.
El agregado de Alarcón le fue asignado en memoria del destacado escritor y dramaturgo taxqueño Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza.
Antes de la llegada de los españoles, Taxco no era la misma población cuya designación indígena dio origen a la actual. El pueblo conocido con el nombre de Taxco el Viejo, situado aproximadamente a 15 kilómetros al sur de la actual ciudad, era el asiento más importante en toda la comarca.
En Taxco residía un Señor o Tlatoani designado por el imperio Azteca, y ahí se asentó la cabecera de una de las 7 provincias tributarias que los mexicas establecieron en el actual territorio estatal. Según el Códice Mendocino, pagaba tributo con miel de abeja, jícaras, incienso, instrumentos militares y tilmas labradas.
Taxco Virreinal
El Taxco actual está asentado en el lugar que se conocía como Tetelcingo, que quiere decir en náhuatl “Cerro Pequeño”, el cual que formaba parte de lo que se conoció como Real y Minas de Taxco y que comprendía Tetelcingo,
Tenango y Cantarranas.
En 1581 nació Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, gran dramaturgo y orgullo taxqueño. Cursó estudios de abogacía en la Real y Pontificia Universidad de México y, a comienzos del siglo XVII, viajó a España donde obtuvo el título de bachiller de cánones por la Universidad de Salamanca; trabajó un tiempo como abogado en Sevilla para luego regresar a México a terminar sus estudios de leyes. Alarcón forma parte de los dramaturgos más importantes del llamado Siglo de Oro de la lengua española.
En el siglo XVIII, la ciudad alcanzó su mayor desarrollo cuando Don José de la Borda, “El Fénix de los Mineros Ricos de América”, descubrió un importante yacimiento de plata que explotó y del cual hizo una gran fortuna. La construcción de la Iglesia de Santa Prisca en 1759 fue pagada por de la Borda en agradecimiento a Dios por la fabulosa riqueza acumulada gracias a las minas de plata, acuñando el que fuera el lema de su casa: Dios da a Borda, Borda da a Dios.
Durante la Guerra de Independencia, Taxco fue testigo de importantes actos, entre los que destaca la redacción del Plan de Iguala, en el convento de San Bernardino de Siena, donde Agustín de Iturbide redacto los documentos que dieron lugar al llamado “Abrazo de Acatempan” y que tuvo como resultado la unión de las fuerzas realistas de Iturbide con los Insurgentes, a cargo de don Vicente Guerrero.
Taxco Post-Revolucionario
En 1850, Taxco fue constituido legalmente como municipio, siendo uno de los 38 que integraron al Estado de Guerrero cuando éste fue creado. Para el siglo XX, el gobierno emanado de la Revolución Mexicana estableció los criterios para desarrollar la actividad turística, y encomendó a don Manuel Toussaint la elaboración de una monografía del municipio, actividad esta promovida por La Secretaria de Hacienda de la época. Esto marcó la inserción de Taxco en la vida turística de México.
En 1929, el arquitecto norteamericano William Spratling formó el primer taller de joyería en plata de Taxco, “Las Delicias”, impulsando una industria que con el tiempo. y gracias a la escuela que dejó su fundador, convertiría a esta ciudad la “Capital Mundial de la Plata”.
Taxco es uno de los sitios que se destaca como potencial para estructurar planes, pero es hasta finales de los años cuarenta cuando se consolida como destino turístico, con el reforzamiento de la gestión del presidente Miguel Alemán Velazco, y junto con destinos de playa de México. Durante la primera mitad del siglo XX, Taxco es sitio de visita obligada; llegan a nuestra ciudad grandes personajes de la época, hasta que se detona la industria de la platería.
Taxco Siglo XXI
Hoy en día, cuando la vida económica de los últimos treinta años ha sido detonante justamente de la platería, Taxco continúa siendo un sitio donde el turismo es la clave de su futuro y desarrollo. Se cuenta con una herencia cultural tangible e intangible que contiene elementos como su historia, su arquitectura (que data desde el siglo XVI), su clima, la región donde se encuentra enclavada la ciudad, la minería, la gastronomía y mucho más...hacen que Taxco sea “La Joya de México”.
